martes, marzo 21, 2006

LA COPA DE NEPTUNO

VIDRIO NULO



EN LA CLARIDAD

En la claridad, un sitio para
Poner algo, se vislumbra
La deseosa prolongación del hallarse.
Ni la escritura salva.
Ni el rencor.

Se abre mi cuerpo,
Ya no pálpito del cosmos;
Se entrega a sí mismo.
Carne por carne vendida.
Mi claridad, sitio donde
Rasgo tu boca.



NO HAY VERSO

No hay verso
Ni la razón del verso.
En la sangre se inscribe
La fatuidad,
Los encontrados escamotear
La lepra.
Y en donde uno arroja la mirada
Se despelleja la lasitud.

Nada hay que advenir;
Aún en los postreros deseos
Una punta negra
Aumenta la sofocación.

Para tan largos años
Esperar es la igualdad,
La sapiencia,
El deber de invertir
Lo desenfrenado.



ACCIDENTE ES LA PIEDRA

Accidente es la piedra
Y tiene su nombre.
Allí, dando vueltas.
A veces la piedra
Trota, pero, mírala qué miserable
Es,
La piedra que derrúmbase,
Estrechándose
Con humillación a la losa.
Cuenta todas sus caídas.
Duérmete con ella entre los ojos
O sal a vagar en un sueño
Estúpidamente concebido con
Simientes de lucha.
Mírala, ella es la piedra,
Ese es su nombre.
Ahora
Delátala
Y
Ponte a descansar con tus brazos rotos
Por la duración que
Lleva contigo.





ROSTROS DEL ALUCINADO



EL PRESTIDIGITADOR

El bello mundo donde me planto
A hacer mis necesidades
Con un ardor entre las piernas
De tanto arañar las postrimerías
De un sitio misericordioso y desolado.

Hago falta entre los durmientes
Para que un tren furioso
Atraviese mi bello mundo
Arrastrando hacia otras latitudes
Los rieles mohosos de la antigua estación.

Me escabullo en los perfumados cabaret
Para ver sonreír a marcelina
Que enseña entre sus dientes la pelotita
Infecta que hace gozar de espasmos
A los arbitrarios habitantes
Que inmolan mi bello mundo.

Detrás de amplios ventanales me encierro,
Contemplador y fervoroso,
Anunciando a los que pasan
Las buenas nuevas que trae el futuro
Atrapado en la bella esfera cristalina
Que mis manos de prestidigitador envuelven.



EL MUERTO

Entre todos enterraremos
Al último muerto.
Haremos grandes fiestas
Durante todo un año
Y como a algo muy especial
Lo recordaremos.

Será el único muerto
Que cuente en nuestros anales.
A todos nuestros hijos, por
Más de seis generaciones,
Los llamaremos como a él.

Haremos estatuas en mármoles
Y bronces; surtiremos
El mar y el desierto con
Flores de múltiples aromas.
Celebraremos al único muerto
Y lo enterraremos en el monte más alto.

Del monte nacerán las primeras
Ciudades y los primeros árboles
Que darán frutos con sabor
A su carne; y cada vendimia
Lo recordaremos como a nuestro
Único y más querido muerto.



EL EGOÍSTA

Un día, un buen día
Me iré a la playa
Solo, y allí haré
Mi celda.

Es bueno que uno se fabrique
Su propio laberinto
Y que sea uno
El único llamado
A matar sus dinosaurios.

Es bueno que lo dejen tranquilo
Pasear por sus aposentos
Conservando un aire
De hombre ilustre
Y una consabida mirada
De seguridad y apostura
En el designio
Que ha elegido:

Porque una casa
Es un refugio
Que uno llena de artefactos
Para espantar la muerte.



VIEJO ANIMAL

Ya viejo y cansado el animal
Busca refugio en el olvido.
De lo complejo apenas le queda
El vago temor de antaño.
Se echa bajo alguna sombra
Por comodidad al organismo,
Dejándose enredar por el oráculo del viento
Sin intención alguna de alternar con nadie.

Lo que ocurra en torno suyo
Es ya pasto de otras bestias.
A él déjenlo prevaricar con el silencio,
En la fragua del sosiego acurrucarse,
Amoldarse a las arrugas de la tierra.
Déjenlo con el aire todo herirle las entrañas.
Déjenlo desdibujarse hasta ser lo sencillo.

Del árbol las hojas cubrirán su descansar.
Sabe que amanece lo otro en él.
Sabe que su pellejo estriado
Cobija esperanzas de épocas ya transcurridas.
Sabe que después de tanto ser
Un soplido liviano lo eleva
En partículas que el viento
Reordena.



(MOMENTOS)

I

Dos hombres reunidos en un bar
Se matan en silencio.
Desaparece la intriga;
Los vasos se desintegran.
Nada tiene sentido,
Pues no tiene sentido
Permanecer allí
Con dos hombres muertos
A los que ya nada importa
Ni los vasos ni las meseras,
Menos la corista ni la puta
Por la que se mataron.

II

Por debajo de la mesa
Se arrastra un gato.
Se acerca a uno de los hombres
Y le ronronea uno de los pies.
Rasguña el zapato y se despereza,
Se acurruca tiernamente
Intimando con la sangre
Que cae del ojo divertido
De uno de los hombres.

III

A los parroquianos
Qué les importa.
Se sientan en la misma
Mesa de los hombres,
Hablan entre ellos
Y de vez en cuando
Lanzan con descuido una mirada
A alguno de los cadáveres.



ELLA O EL

Extinto o exmorador, el bueno
De él o ella la buena
Que bailaba y él la poseía
Con sus excelencias; ella o él
Por teléfono buscándose, atrapados
En un fragor muerto.
El sobre todo, hablamos de él,
Ex –morador y ex – boxeador
Amateur que gozó y vivió la vida,
Que tuvo sus putas y su preferida,
Que no le faltó pan ni le sobró,
Que tuvo su dios, su perro,
Su retrato, su mejor boxeador.

El mejor que ella, ella supo más
De otras razones. Anduvo la vida
Siempre como perdida.
La llamaron alguna vez puta
Y alguna vez lo fue con o sin intención,
De las mejores para el placer,
De las buenas para convertir la noche
O el día en festín de perpetuidad.

Ella o él, él en vez de ella,
Alguna vez fue fortuna,
Lo llamaban el mejor,
Le palmeaban la espalda:
Se murió como un perro
En el último piso sin nunca
Poder leer “la Biblia vetusta
Que la vieja madre le dejó”.

Ella o él, extinto o ex – morador,
Ambos dos, ella allí, mirándole;
Él desde el cajón con un ojo
Oteador de coristas y putas.
¡Cómo, ahora, se fue a meter
al último cuarto del último piso!
Ella, desnuda, danza y canta,
Se emborracha en la misma mesa
A la que él viene y la invita
Al primer tango y al primer tinto:

El sabe mejor que ella y Ella mejor que él,
Ambos dos bailan y beben,
Ex – boxeador y ex – bailarina
Ex – tintos.




ESCRITO SIN DEFINICIÓN



“No hay mundo ni nada que lo conciba.
Toda definición es una reducción a la nada.
Esto es ya una definición, por tanto,
Un reducto de la nada.
Toda definición carece de lo real;
Por ello es que toda definición
Es una invención del universo”.

1

El universo permanece insensible a tu piel que arde como un sol abandonado.
Tu piel es un universo que insensiblemente tatuamos con las maravillas de occidente.


2


Abjurar
No te ayuda
Yo desde el mismo inicio sé la huella de tu
Rostro.


3

Tu rumbo se asemeja al de un bailarín ciego.
Te lo ha dicho infinitas oportunidades,
No obstante
Un triste juego insulso ha sido siempre para ti.
Cuando te interpelo resuelves la intromisión con una leve negación muda.
Sonríes, almuerzas y llevas a tu progenie a ver las invariables
Piruetas de los animales.
De una cosa estamos seguros:
Tú no eres el hombre.


4

El universo es un caracol y es una medusa.
No te extrañes cuando hayamos acabado contigo.
No imagines
Lo contrario de lo dicho: Tú no mueres.
Si tocas la piel que te cobija sientes palpitar la nada.
El universo se reduce al silencio.


5

El silencio es por definición el universo.
Si te hemos inventado es por asemejarte a la nada.
La nada se resuelve en una sílaba que tú profieras.
Se estremece el silencio cuando tú lanzas con descuido un
‘alarido articulado de asombro’.





CARCAJADA



1

Todo en este lugar
Zozobra.
Los mismos idílicos brotes del trigal.
Las ensoñaciones de los roqueríos mortuorios.
Los hechizos puentes roedores de márgenes.
Los sudorosos caminos jorobados de horror.


2

Yo mismo he revuelto mi vida.
La puse sobre el baúl,
Con la saturación de la carcajada madurando mis gestos,
Para que la coman palpitante las ardientes
Moscas.


3

Mi vieja carne dice que la curtiembre del pellejo ayuda a mantener en ascuas una quimera.
Sin embargo, la brutalidad del trabajo me devolvió al humus que soy.
Me puso señalizaciones para no errar el periplo.


4

Rondarían los hijos mi tumba si tal no hubiera hecho.
Con morboso afán intentarían otra vez borrar el gesto zumbón de mi boca.
Hubieran pulverizado mi esqueleto por negar la huella de lo que existí.

O hubiera yo enloquecido por el amor que dejé desollándose en el barro.


5

Un ludo prefiguré este pueblo.
Manipulador fervoroso me veía divertido hacedor de eximias jugadas:

La mujer de mis ensueños fue el blanco preciso.


6

Mis hijos, por ello, apenas intercambiaron rudas palabras al verme
Caer
Revolcado en la
Cal.


7

Aún así cierto solamente es
Un bostezo suyo:
El eco de sus pasos gestando cañaverales y piedras
O impulsando al río sobre las plantaciones.


8

Aquí mismo donde me pavoneo bajo kilos de mugre,
Resuena el pulso compungido de sus vértebras,
El canto atorado en su boca inviolable.


9

Porque si yo tuve algo fue la CARCAJADA,

mientras que para ella sólo real era el silencio.





BOSTEZO



Nada en mi boca cae.
El bostezo revienta.



1

Detrás de un pasto hostil
La verde imagen
Lleva un fardo de leña y se apresura
A ver poblar los jotes los raros intersticios.
No frunce el ceño ni pernocta sobre la humedad:
Su ilusión es dejar morir primero el alma.

Un hilillo morboso sesga la espesura,
Abre el panorama,
Implanta su furia, pero la mayoría del año
Juzga con violencia la moral de la gente.
Tentada por su color y obsecuente la señora
Remoja las trenzas y va arando sin descuido
Sumida por el olor de la tierra.
Nada hay;
Y lo sabe bien.
Toca con su caña
Un médano
Y nada la asusta.
Madura en sus labios un rictus desaprensivo:
Al fin el sol se nutre solamente de ceniza.




2

Y removí escombros.
Hallé la congoja.
Yo quise armar la niñez con sabia
Recién dulce. Yo intenté en otra oportunidad
Acechar los escondrijos de los lagartos
E inventé lo natural que reviviera
En mí
Una certeza ya fugitiva.

Yo soy –me advertí- una máscara.
Y fue honesto haber confiado mi vida
A los desalmados; y fue efectivo
Que mi rostro lo comieran
Las aguas
Hasta la saciedad:
Únicas en verdad que pueden
Desanudar mis duras trenzas.


3

No podrán hablar nunca de mí a los jotes.
Y mi nombre
Será un bonito ornamento
En una tablilla que los murciélagos roerán.

Todo será hermoso
-me lo imagino-
cuando del polen construyan una catedral
robusta de escoria.
Será fascinante que un loco arranque su oreja
Y llore debajo de un árbol.

Será una delectación la luna
Llena una madrugada turbia de invierno
Atravesada por miembros cercenados.


4

¿A quién he de enfrentar si no a las piedras mi desapasionamiento?
¿A quién voy a confidenciar mis recovecos
si mi única voluntad es un roquerío bien asentado?

Mis hijos fueron carne de buitres:
Y eso es todo.

Oigo cómo las piedras se pelean mi voz
Y un inmenso eco obsesiona las regiones
Que yo he poblado.

Oigo cuchichear a las ranas
Y el latido de la tierra me es conmigo.




5

‘Yo sé que despertarán del largo sueño
los primeros hombres y mujeres y se pondrán a mirar
sus piedras erigidas:
Un paisaje desolado los rodeará.

Yo sé que vagarán con sus dovelas matosas
Y nada habrá en sus cabezas que cuestionarse,
Pues por sobre ellos el sol ficticio y la noche eterna
Les infundirán un peso invisible
Que los empujará a tenderse indubitables’.


6

Yo, mientras, me remeceré bajo tierra.
Yo seré nada más que una masa momentánea
Electrizada por sinuosos movimientos.
Eso es cierto:
Pero Rudolf fue más que yo
Porque en vida en propio almuerzo convirtióse
Al comprender que la boca
Es un puente ya imposible.


7

De la secreta desazón y certidumbre:
Rudolf aquí referido es Schwarzkogler,
Participante activo del llamado
‘Body Art’. Murió de ello.








LA CAMPANA.



“El sonido de la campana sólo anuncia,
en forma confusa y magnánima,
lo que ojo humano es limitado
a percibir”.


1

Al incidir, una misma campana golpea los sesos:
¿Qué comienza?
¿Extensiones de tierras vírgenes.
Hombres muertos prematuramente.
O lúdico armazón de palabras?
Al escrito lo acechan los escritos.
Constante lucha con las citas.
Apremio y nebulosa de rostros.


2

Resuena la campana:
¿Cómo ir desprendiendo los ritmos de la multitud?
Llegar a la caverna
Del eremita.
Dar con la catedral
Donde se refugian los esqueletos.
Dar con un esqueleto y encarnarlo.

3

La invisible humildad de los rostros muestra un ir con la totalidad.
En la piedra está inscrito el desafío.
Allí el oráculo dice: No harás nunca cosa para ti
Y siempre lo estarás haciendo.


4

El sonido de la campana se obstruye.
Hay una sola ciudad de los inmortales.
¿Quién llegará y cómo?
Nunca importó.

Al blanco muro agrégase
Una letra.


5

En el blanco muro inscríbese un único y extenso verso.



LA COPA DE NEPTUNO, Ediciones Barco Ebrio, Inscripción Nº 74.051 Santiago de Chile, 1990.(Poemas escritos durante los años 1984 al 1987)

miércoles, marzo 01, 2006

Poemas del Vacío de la Noche

He vaciado en cada rincón
Un trozo de cuerpo
Como si nada valiese más que
El trozo de cuerpo
Depositado en el vacío.

I

Un trozo de cuerpo botado en el vacío
Cada noche de cerveza y bar
Como crecer adentro de la piedra
Y parir rastros de magia.

II

Magia del alquitrán purificado
Bajo la luz de la tarde.

III

Magia de los sueños ardidos
En un manto de fuego
Y constelaciones del ojo destrozado.

IV

Noche en que atesora la magia
Su cardumen de vómitos
Dentro de la cerveza al lado del tarot.

V

Fuego de la quimera del cuerpo
Que tiene magia de gusanos proliferando
En la cena de navidad.

VI

Hartazgo más aún y esa ternura
Que viene a sacar el peso del horror
Como desvanecerse entre las botellas de vino.

VII

Incoado vacío que arde bajo la piel
Y tiene máscaras para seducir a la locura.

VII

Abismo del beso en el labio contraído
Que abisma su líquido en la gruta del orgasmo.

VIII

Magia del beso contraído volando suavemente
Como la puerta en la plenitud de la eternidad.

IX

Cada boca es un sueño del abismo
Que la busca y la engaña dulcemente
En la dulzura del abismo erecto
Más allá de la palabra que grita
Y desemboca en la rutina del vértigo.

X

Vacío de la carne en la medusa
Expandiendo sus poros estallando
En los muros de la sangre.

XII

Cada ternura se abre tan carnalmente
Que el cabello impregna los aromas
En la ventana con un pecho líquido
Gritando ojos y manos y boca.

XII

Salta el vacío magia que vértebra
Los cuerpos anudándose en la serpiente
De los huesos rompiendo sus ojos
Sobre el asfalto.

XIII

Mientras mientras hierve en la carne
Mientras mientras hierve en la carne
Mientras mientras hierve en la carne
Mientras mientras hierve en la carne
Mientras mientras hierve en la carne
Mientras mientras hierve en la carne

XIV

Todo el deseo se subyuga al abismo

XV

Carne abierta del abismo
Sangre sangre sangre
Sangre blanca que chorrea las piernas

XVI

Abismo abierto y erecto en la boca del vacío

julio campal

1

qué sé yo lo que ando buscando
qué sé yo de la boca
o la lágrima
o ese pequeño intersticio entre palabra y cielo

2

me han visto el cielo acaso?
Me han visto mí la vaso de vino
La tontera
La locura?

3

no, julio campal
se me aprietan los dedos por estas letras
se me desdibujan los aparecidos
y el rostro que ya no es mío
se me aprieta en cada tramo

4

yo que era joven
que era niño
cuando tu voz
era más alpiste que toda la locura

5

cuál era la vanguardia
entre tantos bárbaros que comen la miel
y pueden dibujar en sus rostros
un mundo parido por cuervos?

6

bebamos este vaso de vino
en la calle de los ciruelos

7

me abro como una piedra
y ahí quiero estar
pusilánime
tonto
estúpido

8

tal es la muerte que me arrebata

9

no sé
no sé que diablos escribir
con tooda la locura arrebatándome los sessos

10

julio campal
poeta
extraño
desconocido

11

quién dijo tu nombre?

12

he navegado por muchas zonas
te acuerdas de esas viejas zonas?
Te acuerdas temblando que todo era sino el vacío
Es como componer una partitura musical

13

diablo
diablo
fiablo
eñtraguñulablio

14

tañi la piñi tangui taiñ tan forme
e teñi laocu teri tei ñau
equi ñau de tiri eñi pau ñoe
equpare e ñau de eñi tei exi
e ñau de presti ñau teri

15

todos los nosotros poetas
ansiamos la eternidad
es cáscara de nadie en la puerta de nadie

16

julio campal
emigración
de uno que permea las letras hasta que el corazón
le dibuja una humareda de cigarro

17

qué busco
qué son las letras

letras letras
l
m
ñ

p

18

soneto residual

(poema a julio campal)

mira poeta julio campal ahora te escribo
yo que enseño en las escuelas que soy un profesor
que me apronto a mis cuarenta años
que me denuncian que me entorpecen

no importa julio campal la estúpida poesía
me sigue los pasos. Dime: ¿cuántas noches
no quisiste dejar esta horrible función
cuántas veces no quisiste dejarla a la maldita perra?

Nos acecha la maldita perra como la última gota de alcohol
Nos revienta los sesos y no nos deja tranquilos
Es que la maldita siempre será mejor que nosotros?

Comamos galletas y bebamos un buen vino
Ya nada importa julio campal ya nada importa
Mientras bebamos un buen vaso de vino y rumor

Julio campal es decir una nota en el cielo
Una más en todo el horizonte

Una soledad absoluta del dios
Ante la creación

Vasos sanguíneos de la muerte
Julio campal
Vasos que nadie más beberá

Sólo la guata del vacío
Ante la cordillera
Y el océano

Julio campal

Es así como viejas palabras vienen a sintonizar
Con egregias fórmulas
Para que abrevamos tú y yo
Sepultados
Adonde nadie debió nunca sacarnos

Porque en definitiva del fondo de todos los seres
Seguirán los poetas
Escribiendo
De alguna forma
Como si nunca hubiera a existido nadie

Seguirán escribiendo seguirán escribiendo
A pesar nuestro

Así como tú y yo leímos
A los que nos interesaba
Seguirán ellos

Julio campal

Extraño poeta de las luces

Yo soy sólo uno que tecletea cada amanecer un par de letras

Y cada amanecer se pregunta

Julio campal

Podré acaso inventar una
metáfora más
para decir
el descampado que
existe

no julio campal
siempre más grande que este poeta solitario
y absolutamente negado de la poesía
yo sólo soy julio campal
escribiendo estas últimas palabras

(Versión original 2001)

Versión corregida en EL HOMBRE SIN MISTERIO, Proyecto Antropía, Santiago de Chile, 2004

Soñar Buenos Aires

CONFIGURACION DEL ESPANTO.

Ojos vacíos en medio del pánico:
(arrastrada por el piso el arma
mordiendo el pecho que huye)

Un par de besos, adioses...y...

Cada vez la húmeda calavera
Que salta en su propia sombra.
Cada vez más hacia mí
Me abraza, dice Te sugiero
Y se sumerge en su calidad asombrosa.
-Aunque nada quede de ello.

Es la sangre que recorre desiertos.
Adonde llegue será inútil.

Haremos un buen brindis, nos
Abrasaremos; en pequeños detalles
La entropía nos consumirá.



PAISAJE EN UN BAR.

Miro otra vez: qué miro, qué se adentra en
Mi pecho, se arrellana, alcanza la región,
La que apenas rozan los sicoterapeutas,
Pasaje por la ciudad como el terror del
Fusilamiento.
Comer trozos de niños violados, líquido
De bestia herida,
Mi frente, mis ojos a pedazos
Sobre la mesa.

Qué miro, ya no miro, el punto negro
Del universo absorbiéndome, proyectándome
En eterna espiral de asesinatos.
Para qué los cambios, dónde? Puede pasar
Veloz la otra santa, sin embargo,
Ojos hechos trizas sobre la mesa,
Carne de niños
Y mi propia perversión inamovible
Girando en la rueda
Entrópica del infinito.



FLOR DEL ABISMO.

Si el viento nos atrapa en la ventana
Apenas los dedos lo sufren,
La pared tiene el labio de la navegación.

El canto ácimo de la sirena
Exalta la piel que la humilla:
Islas blancas en mar de piedra.

Azotándose en los barrancos
El corazón -añicos en el agua.
Llenas las bocas de gorgoteos.
Los cuerpos calados en la cima.

Y flotando en la vacuidad lo que
Tal vez nos fue extirpado del pecho.



AROMA DE LA MUERTE.

No era su nombre sino la locura
De un abrazo, un beso, una caricia.

En su propio rostro la ciudad
Bebía, bebía sus líquidos sexuales.

Giraba el cielo hinchado en sangre
Con miles de voraces roedores.

Un ídolo de jade asomaba furtivo:
En sus labios violándose los seres.

Cada miligramo de sudor chorreaba
Carne ácida por los cuerpos y las veredas.

Envueltos y ocultos en ruinas de adobe
El frío, el temor, el olor de la muerte
En la ternura.



ARBOL DEL TIEMPO.

Desnuda la mujer
Se pasea en silencio.

Desnuda su rostro
Alegre
Destella gestos
Nutridos en el ardor.

Desnuda la mujer
Ahora se tiene niña,
Hunde sus pies en el barro
Y de la rama de un sauce llorón
Cae –desnuda-
Al pozo del tiempo.



PLACERES INFINITOS.

Hay una mujer en la ciudad
En alguna calle cualquiera
Contemplando un retrato
Con los labios enrojecidos.

Siempre está en las nubes
Desnuda sobre la cama.

Hay una mujer en la ciudad
Cálida, hermosa,
Entregada a placeres infinitos.

Nadie la toca, nadie la ve,
Pero su piel arde
Contemplando un retrato.

Hay una mujer en la ciudad.



DESNUDEZ DE LA CALMA.

Es bella la noche
Y la luz en la ventana.

Mis padres en su vejez
Parecen volar a las esquinas
Donde se escuchan los tangos.

Reordeno antiguos poemas
-no me asusta mirar el cielo,
el mismo de la infancia en mi ciudad.

No puedo –aunque apague la luz- dormir.
-Pero no tengo miedo:
alguien contempla las estrellas
desnuda entre los álamos.



CIUDAD

La ciudad expele su aroma
Que a muchos hace vomitar.

Pero ya nada importa.

En la ciudad, intensamente,
El aroma fue una mujer,
Absolutamente una mujer.



MAR. (visión)

El mar
Se estremece
Con un deseo inusitado.

Una sábana blanca arde la noche.

En el rostro
Las luces
De la ciudad
Y el viento.

La serpiente emplumada
Se precipita
estalla
vibra
y
desaparece
En la infinita
Sed de la arena.



SOÑAR BUENOS AIRES

El ojo que mira
A través del cabello.
Los gladiolos en el muro
Tras la ventana salvaje.

Nadie navega allá.
El viento es una cortina rota,
La nostalgia de remotas ciudades.

Aunque el iris se oscurece
Los pezones de luz inmóviles
Atacan la migración de las sombras.

El aire es el molde
Del cual se nutre el tiempo:
Besar unos labios, soñar Buenos Aires.



ANGEL BORRACHO.

Oh, lo insaciable de la mesa con su taza
Y su azúcar, nebulosa sobre lívido mantel.

Vienen los odios a refugiarse en la saliva
De un animal que ronda la cruz de su martirio.

Oh, las migajas irreverentes que al santo
Ocultan el secreto de cierta locura abandonada.

Los chismes se apoltronan para beber a gusto
Mientras del grifo descienden chorros de sangre.

Oh, el cuchillo rasgando la fruta insensible
A la bestia que en su quietud se azota.

Dos viejecillos quién sabe de dónde tiran un cordel
En la misma boca herida de la perpetuidad.

Oh, la niña en la mesa que juega perdida
Con un ángel borracho delirando en su dolor.

Tan sólo el aire encalla alrededor de las cosas
Y se desviste junto al cuerpo desnudo de La Muerte.



IMAGEN QUE ARDE.

Algo se quema en la casa
Con una lentitud pasmosa.

No tiene causa aparente
Pero arde fraguando ilusiones.

Nadie la detenga ya,
El cielo se hincha como un embarazo.

Y calles, domingo y ferias,
Nada completa ese infierno.

Algo arde entre los muebles,
Las tazas, las copas servidas.

Ni un beso, ni un hasta mañana
O un columpio vacío en un árbol

Contienen el agua que en su transparencia
Ahogue el sueño de la imagen que arde.



GUSANO.

Soy el gusano fresco mantenido
En una pared cuyo papel se llora,
Rodeado por hechizos velones que huelen
A amoríos de mujeres hambrientas.

Mañana bajo los influjos del zodiaco
Escucharán la progenie
Oscura de los niños fusilados.

Y si entre las piernas los cadáveres
Semillan filmes morbosos verán
Que él se va con su cuerpo en ceniza.

Contiguo a mi festín el hoplita hace su arma,
Tiene los ojos fulminados con guerras
Que de a poco fueron olvidándose en los libros.

En todo caso para que mi cuero sea página,
Entre mis escasísimas cosas guardo
Esto que hace agujeros, también seca,
Pero carece a más no poder, del deseo.



SEÑORES DE LA GUERRA.

Estaba escrito: la ofrenda de la sangre:
Rapados amados los dioses
Orinan sobre los cadáveres.

Qué importa: hemos tragado la pus del ojo del diablo.
Las madres se quedaron mudas y violadas.

Cuando se arranca el pecho de un hombre
Reír rayando los muros asquerosidades a las hijas.
En breve los gusanos proliferan su
Mefítica sinuosidad dejando sólo
Quijadas, tiras de ropa y joyas.

Ahora llueve. Los que un día partieron
Los vemos regresar; los que regresan
Nos ven irnos partidos por el odio y el miedo.

Escrito en los muros el ritual de la tribu:
Los que miramos a veces vemos dioses,
Demonios o tan solo el ansia de la carne muerta.



CUMBRES VACIAS.

Hacia dónde iremos tú y yo?
La bruma esconde la eremita.
No, no. Una risa grotesca golpea los muros.

Varios sonidos escribieron lo que te duele.

Hacia dónde iremos tú y yo?
Mucho más lejos
El cuerpo se carga.

La Tierra, mis manos
Y tú cerca de la tumba
Lees un poema.



ROSTROS.

Cuál de todos los rostros
Vendrá por la calle
Arrastrándose?
Qué mirarán dentro de mí
Con sus ojos llenos de humo
Y una burla en sus bocas?
Hacia dónde luego
Seguirán su camino
Cuando haya muerto?
Qué se dirán
Más allá
En sus orgías de sarcasmos?
Y cómo harán creer
A todo el mundo
En su burla eterna?
De qué manera
Se harán oír
Arrastrándose por las calles?
Quién pintó
Esos rostros
En los bordes de mi piel?



RITUAL.

Retumban
En manos infinitas.
Es el ritual.
Los labios del sol
Besan las plumas del águila.
Nosotros danzamos.

(Alguien unta su cuerpo en azufre.)

Miles de cuerpos estallan en la nieve.
Cómo hallar el tatuaje de mi rostro?

La brisa levanta la ceniza.
Aúllo bajo la luna transparente.
Escudriño los llanos.
Desnudo doy mi cuerpo a lo que hay más allá del sol.
Al amanecer oculto los dolores.

Oí a mi padre.
Dentro de mí lo escuché.
Ellos, enloquecidos, contemplaban:
Mujeres, niños
Destrozados, sangrando
En silencio, quemando
El dolor de la carne herida.
Mi abuela bebió agua
Que reventó en sangre
Por su cuello.
Oí a mi padre.
Dentro de mí lo escuché.

Por los acantilados busco mi rostro:
Alguien lo arrancó de mi hueso.
Muchos dijeron que era demoniaco.
Yo humillé mi cabeza,
Removí el polvo –busco mi rostro-
(Escuché que la serpiente
era la montaña.
La montaña que escupe fuego)

Allí la señal, en los cielos.
Era evidente el fin;
La eternidad, ilusión;
La tierra, de otros.

Al tocar el agua del grifo,
Mi cuerpo desapareció.
No había leyenda,
Sólo huesos con inscripciones
Perdidas en la memoria.



EL LIMBO DE LOS LABIOS.

Cómo miramos sus rostros?
Tal vez como si fuese
Aquello que de reojo indagamos
Y nos da pavor?

Cómo miramos esos vientres
Rompiéndose en los hospitales
Mientras una niña triste
Nos involucra a su silla de ruedas?

Tal vez sea como el amor?
Tal vez sea como decir
‘te quiero’
mientras crece el aguijón
que difumina toda la familia?

Cómo miramos a esos niños
Que babean y escupen fuera del lugar
Que nosotros escupimos?

Cómo miramos sus voluntades
Que se apagan en nuestros brazos?
Tal vez como un gran dolor
Que crece estigmatizando al niño
Que juega en las calles?
Cómo miramos a esos niños
Tan pequeños que de pronto
Comienzan a vomitar sobre
Todas las bocas que dicen
‘salud y buenos días’?

Dime, dime tú, ¿cómo miramos
A esos pequeños que, alegres,
Se destrozan entre nosotros?



PARTO.

Un vientre abierto gélido en la camilla
Con aroma desesperado tal si nadie
Viera la destrucción allí:

La gruesa multitud blancamente loca
Se apodera de su ausencia.
Con sus manos sucias desparraman
Jeringas y gasas.
Los trajes manchados de sangre
No ven sino la muerte con burlas.

Y son muchos los vientres abiertos,
Pero único el que se congela.

Unico el que se muere gritando
Su dolor en medio de la turba
Loca que devana, zurce y se
Engolosina con un trozo de hamburguesa
En los cafés de la Morgue.



SECRETO PANICO.

Con sólo ver su ojo
El pánico parece un juego
Si uno quisiera atreverse
A dormir en sus aposentos.

No es la gruesa muerte la que
Se dedica a matar niños
Ni la intoxicada locura.

No es la ciudad la que ahoga
Sus moradores,
Menos la noche con sus miedos.

Hay algo más grande que espanta aún,
Algo que se mete bajo las camas
Y busca los mejores alimentos.

Hay algo más poderoso que la Muerte que mata,
Algo que no da tiempo a pensar
En otro día o un Apocalipsis inminente
Hay algo peor aún que la Muerte que mata
Y no son las tragedias ni las enfermedades,
Algo que tan sólo en íntimo secreto
Nos besa y se nutre de nuestros sueños.



ANGEL MORTAL

He descendido a la tierra
Al cuerpo abierto en la cama
Las tazas de café
Los zapatos húmedos

Las calles están con lluvia
Un sol frío rasguña mi rostro
La carne está cansada

He descendido a la tierra
Al espejo desnudo
A la cicatriz voraz del hambre
Del vacío



LA FRUTA DEL ASCO

Dónde está la mano que anilla
La sombra de su ansia?

Camina por los bulevares
Donde los huesos son la fe del asombro

Algo llega. Algo se huele
Como lo que trae el viento en su orgasmo

Tierra vacía de la tierra
Huyen las moscas en batallón hambriento

Vieja piel la del rito al pie del tótem
No hay nadie: nada más el aire
En torno al aire



BESO

Abriremos en las bocas el dulce de la timidez
Y cada labio abierto sentirá el goce
Del labio extendido

Una fugaz mirada atesorará
El frescor de la noche
En sus pupilas

Entonces, dentro de millones de años
Una boca besará una boca
Bajo el sol juvenil de la calle



BREVEDAD

Es la brevedad
Lo que me duele
La sangre fluyendo
Para ser otra sangre
La inmensa ternura
De una mano envolviendo
Mi rostro

El humo del cigarrillo
Perdiéndose en los
Rincones de la luz
El beso prohibido
Que me busca en la noche

La suavidad de un cuerpo
Que se muere en su deseo

Es la brevedad
La que me duele

El camino incierto
De la niña en su memoria



POR CIERTO

Cada día en que el sol se oculta
La lejana figura pierde su mirada:
La muerte viene en los llamados.
Ya no sabe quién trae del brazo.

Oculta, oculta, sonora extrema,
Sin la voluntad de siglos,
Olvidada, la leña ardiendo en su hombro,
Desmenuza, desmitifica los collados.

Ya de un mundo primitivo, los focos
Glorificados como una virgen enferma,
El anís de los labios prefigura lo inasible.

Por cierto, todos quisimos burlarnos,
Fotografiamos inscripciones crípticas,
Bebimos un café, amamos la repulsión misma.

EL HOMBRE SIN MISTERIO, Proyecto Antropía,Inscripción Nº 143.475, Santiago de Chile, Noviembre 2004, I.S.B.N. 956-299-423-6

El Circo

EL CIRCO I


1

Hay un circo
Que abre sus causes
Y permite que la mar
Se pliegue en sus rincones.


2

Hay un circo
Abierto con la boca reventada
Almacenando cadáveres
Para la otra función.

3

Hay un circo predilecto
Adonde los dientes ulcerados
Son el caldo de todos los días.

4

Hay un circo con ojos miopes
Que pasa la lengua
Sobre rostros embetunados
Con buenos días y abrazos.

5

Hay un circo tristemente polvoriento
Que huele a brasas
De sangre perpetua en los tuétanos
Glamorosos de la mujer neurótica.

6

Hay un circo minusválido
Acechado por cuatro fieras
Que interfieren en su elevación
Como el agua evaporada de una
Cazuela infinita.

7

Hay un circo estrafalario
Pero torpe, metido entre las piernas
Oliendo el semen que de las axilas cae.

8

Hay un circo ausente
Que con ojos bizcos atesora
La arruga prematura del rencor.

9

Hay un circo demasiado
Retórico y hambriento de pan
Que en la noche oculta las
Sonrisas de su desaliento.

10

Hay un circo que no se abre
Ni tampoco permanece deshabitado
Pero desea el pelo caído de
Una muchacha entre sus piernas.

11

Hay un circo que se va y se queda
Retozando en el pasto como si
Alguna vez alguien hubiera
Sostenido su razón podrida.

12

Hay un circo demacrado y alegre
Que hace el amor bajo las culpas
Atrevido en su magnificencia
Atribuida a su soledad y su
Secreta manera de abrir
El camino en los ojos polvorientos
Del amor.



EL CIRCO II

1

Hay un circo en la sensación
De zonas abultadas
Que buscan su fuego
Atrapado entre peces
Inválidos.

2

Hay un circo tan grande
Y amplio retozando en el
Rostro cuyo ojo perfora
El labio de su embriaguez.

3

Hay un circo que no pervive
Pero mira del nicho de
Todos los hombres
Cómo la mujer juega
En su lascivia.

4

Hay un circo atrevido
Que gusta del deseo
Y se dobla en su eternidad.

5

Hay un circo tan breve
Que besa el orgasmo
Y enloquece en el pubis del dolor.

6

Hay un circo duro como
Una roca que admira
La potencia de su esclavitud.

7

Hay un circo que muerde
Y chupa el jugo y mira
Hasta acabar en la floración
Del vino en la mesa.

8

Hay un circo tan exquisito
Observando las piernas
Extenuado en su propia
Locura de no más besar
La gota tímida de la
Imperdurabilidad.

9

Hay un circo que bebe
Mientras le besan
Su muerte en una copa
De champán.

10

Hay un circo que toca
La luna y describe
La pierna oculta
En la perpetuidad.

11

Hay un circo que grita
Y se dobla y emite
Gemidos y quiere
Buscar y encuentra su placer.

12

Hay un circo que desaparece
Y se oculta en la ciudad
Con una niña levantando
El polvo de su memoria.

13

Hay un circo no consabido
Pero puede amanecer
Con su rostro
Hundido en las cumbres
De ciudades perdidas.

14

Hay un circo que almacena
El semen
Y el líquido que
Irrumpe cuando
El abrazo es la
Locura de la mesa
Vibrando entre
Un cigarrillo
Y un vaso de cerveza.



EL CIRCO III

1

Hay un circo que bebe
Y bebe la muerte
En su orgasmo.

2

Hay un circo dolorido
Y extremo al que se le
Ha confundido la playa
Y sólo ve
El carro de la muerte.

3

Hay un circo que dibuja
Su pie en la arena
Con el horizonte
Plagado de lobos.

4

Hay un circo que se
Muere, pero se levanta
Ardido como un sol
Erecto en las piernas
De la humanidad.

5

Hay un circo que compra
Y vende carros botados
En las aceras de la urbe.

6

Hay un circo que ama
Y está muerto en el
Amor que ama
Cuya voluntad es
La entropía y el asombro.

7

Hay un circo con rostros
De niños gritando fuerte:
“Es aquí la fortuna
del deseo”.

8

Hay un circo que extiende
Su manta pero no puede
Conocer el amor.

9

Hay un circo que se muere
Y extienden sobre él
Una fiesta.

10

Hay un circo de hermanos
Que no encuentran su voz
Sino la voz de su
Madre en una tarjeta
De cumpleaños.

11

Hay un circo para todos
Abierto y libre
Pero que nadie
Encuentra.

12

Ese circo es
El ombligo del deseo
Enloqueciéndose en el
Deseo.

13

Ese circo es el trapo
Sucio dentro
De la casa.

14

Ese circo es el
Pecho de la amante
Creciendo en su locura.

15

Ese circo es
La imponderable manera
Como se mete
El cuerpo en el
Cuerpo del otro.

16

Ese circo es
La perfecta desnudez
Llenándose de aromas.

17

Ese circo es llegar
Al beso escribiendo
Este poema con su boca
En mí.

1999

EL HOMBRE SIN MISTERIO, Proyecto Antropía, Santiago de Chile, noviembre 2004

El Hombre Sin Misterio

1

Todo acto parte con una seña
A los iluminadores. Eso digo: ¡Las luces!
Pero por otro lado comienza el zodiaco:
Un día –que puede ser cualquiera- está inscrito
En el ojo del toro; el viento anilla los cuernos;
Los círculos son el conglomerado de los seres.
A esa hora del mismo año la Luna de pie
Sumerge la melena y las olas escabullen los remeros.
Designado el último hombre (se) tienta en esos abismos
(Lo prohibido antiguamente fue seducción).
Una esfera fulgente oscila entre párpado y párpado.
La masturbación más propicia se le viene como una
Risotada. Un cómic con esa imagen. También
Su cerebro estropeado y una máquina tragamonedas.
Habría que agregar la tribu insólita perdida
En un pestañeo instantáneo.
Y más aún el derecho a delatar lo que le subyuga:
Aquello sin rostro husmeando bajo los catres,
Organizando absurdas visiones, intimando
Para que alcance a dar el zarpazo el otro:
Ese niño que no tiene voz pero hace trizas montañas.


2

Salto Allí la besas Hundes su ojo
Te doblas
Importan acaso esos idiotas titanes encubriendo
Sus sexos con una mueca de satisfacción astral?
Esas bocas mismas succionaron todo alrededor
Escupiendo lejos el nombre que se te asignó
En una combinación cabalística

Huyeron y vestigios por allí señalan la espantosa masacre
(Aún huele la atmósfera sus pútridas osamentas)
-Ella ya no es tu ella Allí un beso es morderse
la cola serpiente facciosa a la deriva-

Una vez tuvimos espadas una vez fuego una vez neutrones
Una vez tuvimos tuvimos
Eso que nos calmó la sed:
Allí asombrando aún la transparencia de lo que se incoa turbulento:
Un beso en la mejilla del hijo de Nadie:
Las desterradas de siempre gimoteando y abriendo
Sus vulvas con uñas afiladas

Qué!
Nos calmó la sed?

El perro vomita sobre Las Pléyades
Blanca en su luz el objeto de nuestros deseos:
La primera Hembra que tuvo memoria del
Paria:

“El Hombre
Goza de una libertad que ya la quisiera la
Bestia”
Dice el zorro mascullando las orejas de Nostradamus

3

Yo humedece tus pupilas y se te interna
Más abajo del ombligo:
Te obliga a besarle:
Es un tocar de labios
Balbucea
Un labio tonsurado:
La ridiculez de ese labio
Ardiendo

Yo que te ausculta así membranándose
Adquiriendo un peso que te hace vomitar:
Transmigración del alma: tú te ríes de yo mirándote
Avergonzado:
Es verdad
Te replica
Es verdad: yo mismo es lo que ayer fuiste
O lo que en mañana te convertirás

Tu piel ruge como un huracán:
¡MIERDA!
Estallas:

Esa porquería es la que necesitaba oír:
Un yo buhonero petimetre esclerótico

Y tienes que darle más aún?


4

Nadie calma esta sed.
Aquí mismo hay muertos.
Sus ojos se clavan en mí y me persiguen.
Rondan mi casa. Meten ruido. Espantan a mis hijos.
Millones apareciendo de cada poro.
Dónde puedo cobijarme que no haya uno de ellos?
Dónde puedo ver, oír, oler, amar sin que sus bocas
Babeen mi calavera?

Sus carnes me van perforando las sienes.
Quisiera ocultar a toda mi familia de sus hediondas
Orgías, sin embargo son la simiente de todo
Lo que un día me fue habitual y confortable.
Iré a la India –Pero allí no hay nada de lo que supongo-
Iré al Cuzco. No sé. Iré a un sitio donde la
Puerta del Sol resplandezca no por esas miradas
De muertos que ni siquiera son de estas memorias.
Iré...Adónde ir sin tener que encontrarme el
Trasnochamiento de sus emanaciones?


5

Chillidos de pájaros enloquecidos
Grillos, ranas, hojas desprendiéndose,
Humedad, multitud de mosquitos revoloteando
Entre las perfilaciones de luz, danza,
Pirámide, pirámide escalonada.

Retumbar de tambores.
(Festín sonoro que al oído esclaviza)
Enmascarados albos en procesión
Cantan golpeando las manos.
Se desnudan:
Abren ellas sus piernas.
Ellos de pie y de espalda a las mujeres rompen
Sus máscaras.
Elévanse sublimes ellas. –erótica danza-
Giran en torno a los cuerpos
Azules arrodillados. Besan los cuellos. Resplandecen.
Ellos extienden los brazos al cielo. Dedos con dedos se buscan. Ellas tocan con su pubis el pecho de los ángeles
Y bajan. Calmas. Suaves.
Bajan.
Y se penetran
profundamente.
Cara con cara vibran. Vibran emitiendo sonidos
Parecidos a un sortilegio hasta formar un círculo. Frenéticos. Frenéticos. Convulsionan. Hierven.
Y estallan en coléricos bramidos separándose Brincando
Desarticulados

–paroxismo ciego-

De pronto toman sus manos

Y caen.

Caen extasiados sobre la húmeda explanada:

Allí permanecen como si yacieran o soñaran u oraran.


6

Yo hace furor
Y me río por donde surgen esos hombres
Chamanes o locos cubriendo sus cabezas
Con plumas como cascos o no sé digo yo.

Pero más allá
La alucinación de una tierra otra:
Siempre tuve mi deseo corrompiéndome.
Me quisiste así de tuya
Definimos en claridad para lo que estábamos hecho
Fiel al cinismo
Yo puse la piedra
Y tú puso la sentadera
A eso se le llamó trabajo mancomunado. El zodiaco
Perfectamente nos daba las señas del rumbo.
Y el inconsciente se remoja
En el W.C.

Yo Tú
O quien fuera
Rompe el cristal:

Ese monstruo allí es un amigo
El trae la señal
Y el fin para lo que viniste

El es quien empuja tu calavera o te coge del
Brazo hacia aquello bien dispuesto:

Yo nace necio
(más allá del horizonte: horizonte)
sino alucina


7

La boca dice a la boca
Lo onírico se mece en esos labios

No existe distinta lectura
(No puede ser posible la mirada de “otro” ojo).

Todo está siendo siempre siendo:
El perro será pájaro y el pájaro, piedra.
O bien cerdo, hombre, Energía Superior:

Ascensos y descensos:
Evoluciones e involuciones
Sin ayer ni mañana:

Tiempo replegado a marcar la cita:

Reuniones:

Permanencia de la primera vibración
Atravesando
Y
desatravesando

Rostros que imaginaron ellos mismos único Ser.


1 9 9 0

EL HOMBRE SIN MISTERIO, Proyecto Antropía, Santiago de Chile, noviembre 2004.

 Cité clandestino * Dos almas en pena aparecieron cierta noche Ella más esbelta que él él un náufrago De una tierra miserable Se metieron a ...