sábado, agosto 29, 2009

DOCE POEMAS DE AMOR

3

te busco por la mañana
-las guerras nos han devastado-, tú
caminas entre los cuerpos heridos
(tal vez la sangre hierve como una hecatombe)
el horizonte despliega nubes rojas y naranjas
la sed apremia y levantas los ojos
con hambre y carnívora
por tu cuerpo resbalan gotas de transpiración
cobrizas como esferas oxidadas
brillan en tus pechos los pezones
erectos como islas volcánicas
pisas fuerte dejas huellas como buzo
al fondo del océano -la sangre borra todo-, te
inclinas recogiendo minas y restos de proyectiles
-un avión ardiendo cruza el cielo oscuro-
estallas, me miras como una pantera herida
y lloras

lunes, agosto 24, 2009

DOCE POEMAS DE AMOR

2

Se va lentamente la rosa
en su ensueño de tardes y otoños
se va

miro triste un horizonte blanco
un tren se humedece

tú te has ido muy lejos
ahora la muerte ya no me asusta

un glacial inunda las venas

¿Qué paisaje de invierno podría
competir con el dolor?

Se va lentamente la rosa
en un mar de sangre y espanto
se va

martes, agosto 11, 2009

DOCE POEMAS DE AMOR

1

está desapareciendo lentamente
la mujer que yo amo
entre los infolios inútiles de las oficinas
bebiendo una taza de café
antes de comenzar a atender
a sus notables clientes

está desapareciendo lentamente
la mujer que yo amo
y no puedo hacer nada
porque ella se escuda tras
el maquillaje
y se sumerge en horas extras

está desapareciendo lentamente
la mujer que yo amo
y con tristeza la veo desaparecer
como un barco que se pierde
en el horizonte
tras los escritorios
y los archivos nacionales

está desapareciendo lentamente
la mujer que yo amo
y no puedo hacer nada
aunque llegue temprano a casa
está desapareciendo lentamente
porque de ella sólo encuentro
el cigarrillo humeante.

jueves, agosto 06, 2009

Aquiles y Héctor

Ya está la muerte rondando en mis pies
veo el cielo oscuro como perro
furioso venir hacia mí
ya mi voluntad es como crema
o como una ola que al azotar la roca
la acaricia y se derrumba
mi padre me sonríe
-hace mucho sabe mi muerte-
y deja caer una negra lágrima
como serpiente venenosa
mi madre me espera lejos
en una cima que no imagino
Estoy solo
la casa está vacía
tengo una pena enorme
entonces como un ciego
me pongo a caminar por las salas
y una sombra como mi propia sombra
comienza a seguirme
pero no puede darme alcance
hasta que ya agobiado
dejo que entre en mí
y con su furia inmensa
rompe arterias nervios vísceras
digo esto se ha acabado
y él, la negra sombra, fanfarronea
Huir de mí querías
perruno mandril
al infernal Tártaro te envío
allí mismo lo sabes
tú y yo beberemos
la misma sangre
que un día derramanos
y el ansia nos alimentó

 Cité clandestino * Dos almas en pena aparecieron cierta noche Ella más esbelta que él él un náufrago De una tierra miserable Se metieron a ...