CHET BEKER
Y si en las sombras perseguimos al payaso
y dentro de todo el tiempo
un alma vibra en otra zona?
Quedarnos cuando ya todos se han ido
al océano de sus pensamientos
y es larga la fila en los hospitales
Cansancio, escucho, solo cansancio
hasta que enciende la ciudad sus luces
y no hay naturaleza que pueda interpretar
una trompeta sonando
Chet Beker en un sillón rojo
se disuelve lentamente hasta que tú
agredes con un revólver
No era necesario
yo ya había estado muerto muchas veces
Sigue tu camino o bésame antes que se acabe la tarde
yo sé que hice mal
nunca habría querido eliminar tanta fotografía
Viejo poeta, tus manos ahora son de la muerte
En un camino en México dejaste alma y pasaporte
esas cosas son las que se regalan al diablo
En fin, no había nada más qué hacer
había malgastado mis horas en la noche
tratando de acomodar mi destino
al destino de todos los hombres
Deja mi corazón
Ya es parte de tus reliquias
Es bueno que parta muy pronto
Si hay una cosa que me gusta
son las luces de la ciudad
cuando comienza a morir la tarde
sábado, octubre 12, 2019
miércoles, mayo 15, 2019
NIEBLA
No se puede divisar
Ni saber a ciencia cierta el color
Ni identificar al pájaro
Que yace sobre la húmeda tierra
Los contornos parecieran agonía
Contra fuerzas sobrehumanas
El animal quizá late en un posible sueño
Una esperanza sobre lo gris de su sangre
Tampoco se puede divisar detrás de la niebla
Algún organismo al que se le conmueva el corazón
Un santo o un ángel o un frágil mortal perdido
Entre los bosques que despiden el aroma del sobrecogimiento
Nada más presumibles sombras milenarias
De los árboles que se confunden con los fantasmas
Habitantes tal vez de la alucinación
Del ser que no puede desprender su ánima
Una naturaleza infinitamente cruel
Las hormigas se afanan en su descubrimiento
Posiblemente encegueciendo a su víctima
Apenas abandona sus fuerzas a la gravedad
Y sin siquiera una última reflexión
O el rezo de una companía en la ternura
Abandona también la imagen del bosque
Donde amó, dónde quizá voló y cantó
Donde tal vez configuro y prefiguró otra vida
Otra posibilidad que no existe
Otro cuerpo que añora la inmortalidad
O que solo gusta del momentáneo placer de vivir
Donde tal vez entre la niebla buscó
El nido que lo vio partir
15052019
Llegando a Santiago
Atardecer
Ni saber a ciencia cierta el color
Ni identificar al pájaro
Que yace sobre la húmeda tierra
Los contornos parecieran agonía
Contra fuerzas sobrehumanas
El animal quizá late en un posible sueño
Una esperanza sobre lo gris de su sangre
Tampoco se puede divisar detrás de la niebla
Algún organismo al que se le conmueva el corazón
Un santo o un ángel o un frágil mortal perdido
Entre los bosques que despiden el aroma del sobrecogimiento
Nada más presumibles sombras milenarias
De los árboles que se confunden con los fantasmas
Habitantes tal vez de la alucinación
Del ser que no puede desprender su ánima
Una naturaleza infinitamente cruel
Las hormigas se afanan en su descubrimiento
Posiblemente encegueciendo a su víctima
Apenas abandona sus fuerzas a la gravedad
Y sin siquiera una última reflexión
O el rezo de una companía en la ternura
Abandona también la imagen del bosque
Donde amó, dónde quizá voló y cantó
Donde tal vez configuro y prefiguró otra vida
Otra posibilidad que no existe
Otro cuerpo que añora la inmortalidad
O que solo gusta del momentáneo placer de vivir
Donde tal vez entre la niebla buscó
El nido que lo vio partir
15052019
Llegando a Santiago
Atardecer
domingo, mayo 05, 2019
EL ABEDUL
seco el abedul
te marca las horas
tienes poco tiempo para volver al trabajo
lo miras detenidamente
es mejor esbozar leer en la naturaleza
los designios
tal vez en sus brazos huesudos
te halles con la piel del cielo
un huracán no pudo derribarlo
ni pudieron los ángeles barrer sus hojas
si puedes despertar muy temprano
lo fotografiarás con venus iluminado
pero claro no hay tiempo
eso dices mientras digitas la clave
bebes un café muy rápidamente
puedes perder el autobús
bajo tu zapato una hoja del abedul
se pega insistentemente
te retrasadas demasiado tratando de arrancarla
te marca las horas
tienes poco tiempo para volver al trabajo
lo miras detenidamente
es mejor esbozar leer en la naturaleza
los designios
tal vez en sus brazos huesudos
te halles con la piel del cielo
un huracán no pudo derribarlo
ni pudieron los ángeles barrer sus hojas
si puedes despertar muy temprano
lo fotografiarás con venus iluminado
pero claro no hay tiempo
eso dices mientras digitas la clave
bebes un café muy rápidamente
puedes perder el autobús
bajo tu zapato una hoja del abedul
se pega insistentemente
te retrasadas demasiado tratando de arrancarla
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