a las fábulas y los sueños
limpiamos el mal
la sangre derramada
brota un cielo singular
como un alto surtidor de piedra
cendales iridiscentes ciegan
nuestras nobles crucen
parecen pájaros blancos
en un desierto añil
todo está como al principio:
tú bebes una copa de hidromiel
yo sesgo el pasto de la luna
el zodiaco sigue su curso
en un cielo que ya no existe
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