Sicarios aterrizan sobre mi espalda
e izan una carpa para alojar
sus voluntades rotas
así como mucho alcohol y drogas
acumulando las estrellas de la infamia
y los ángeles de la peste
la ciudad se hunde con lentitud
mis ojos oscurecen mientras tanteo
un trozo de corazón
que se hincha luego de un naufragio
las calles están vacías como de costumbre
solo un perro vago va de un lado para el otro
sin norte y sin destino
escucho que Gonzalo Rojas está grave
entonces únicamente la poesía
solo la poesía levanta las manos
en la polvareda
(aunque hace mucho dejé de creer)
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