la luz se enfocó a un solo asunto:
tu soledad dentro de una taza de café
en ese momento quizá pensabas
en todos los días de tu vida
o bien en la mejor forma del suicidio
la noche anterior habías bebido demasiado
tu madre te había dicho que eras un perfecto inútil
a la edad de cuarenta años nadie puede estar soltero
y aún bolseándole a los padres
sin embargo tú ahí estabas
tan ajeno e imbricado en esa familia
tu misma familia que te había amado tanto
esa mañana mientras la angustia bailoteaba en tu garganta
otra vez te inclinaste para encender un cigarrillo
y la taza de café se derramó como sangre
inútil sobre la berma de una calle cualquiera
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