y ya no sé si voy al norte o al sur
o si me hundo dentro de un reloj de arena
lo cierto es que cada hora se desmigaja
como una hogaza sobre la mesa del silencio
y yo solamente puedo ver el iris gris-añil
del horizonte dando vueltas sobre una esfera
esto no puede ser cierto sin embargo
al alzar la vista puedo divisar también
la herrumbre que va dejando la cabalgata
de las constelaciones sobre el mantel albo del pensamiento
que se corruga como si un peso insostenible
lo empujara hasta la consternación y el caos
aún así y con la calma del caño en el temporal
no me aterrorizo y dejo fluir de mí ríos de esperma
y sueños que se van aunando más allá de la existencia
como si pudiese pervivir por siempre una estirpe
hecha de polvo rumor y olvido
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