aún debajo de los sueños
arden las flores rojas
e inmensas construcciones
nos ocultan fuera del mundo
como si fuésemos aves raras
o lo que es peor asesinos sin muertes
encontrémonos al atardecer
de una palabra
y en el día del acento
más allá del líquido de las venas
y los ojos dentro de otros ojos
encontrémonos en la lluvia
del papel en blanco
en la ternura de un punto sobre la i solitaria
y veamos al mundo nuestro
escrito dentro de la palabra
encontrémonos en el azogue del viento
de la letra y en las minúsculas emanaciones
del gas que fluye de las comas
abramos las puertas lentamente
y agotemos nuestros cuellos
hacia el abismo que asoma
fuera de este poema
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