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Vamos, querida, salgamos de aquí
esta ciudad arde
pero una oscuridad profunda nos encadena
somos esclavos de un siglo que principia
y moriremos antes que el hombre
instale su pie definitivo en la luna
dejemos que todo se venga abajo
olvidemos incluso nuestras familias
incluso las sombras que por allí quedaron
rugiendo de placer en los muros
salgamos de aquí lo más pronto posible
deja tus tacones y tus perfumes
los libros que más amaste
y la casa donde un día pusimos un árbol
vamos, querida mía, abandonemos todo
y si es necesario y existen, nuestras propias almas
contaminadas, absurdas, decadentes y bebamos
mucho vino a las puertas de ninguna parte
frente a un vidrio nulo que nada refracta
salgamos de aquí que yo tiraré todo
poemas cartas fotografías sangre
y desnudo saltaré sobre ti como un tigre
el mismo tigre de Blake
restallando en ningún cielo
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