con una rapidez impresionante
los años nos van dejando atrás
gritas una y otra vez encerrado
en tu cuarto y te ríes de buena gana
al final es lo mismo que ver pasar
una nube -mentirse no comprándole
pilas al reloj no es buena táctica-
o una ola que ya nunca más existirá
La rutina tiene eso que permite
jugar, al reiterarse, con la eternidad
pero al final te agobia y solo piensas
como nosotros en el modo de torcerle
el brazo a tu destino y salir disparado
como un cohete a ninguna parte
aunque nosotros hemos apostado
por algo que consideramos mucho mejor:
permanecer largas horas en una piscina
y ya ancianos volver a comenzar -infantil
¿no?, pero a lo menos nos hace soñar
que somos una interesante ilusión
al borde del abismo del tiempo o que
simplemente somos seres hechos de tiempo
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