Siembra en tus párpados la ternura
porque la fría piedra en tu ojo negra
es el mar que viene como un búfalo
arrasando todo aquello que tanto tuviste
has que desarrolle la ternura en ti
mientras boca abajo escuchas los sonidos
que acallaron los deformes momentos
como el azogue envenenando tu vena
ves que se encienden las habitaciones
las huellas están allí muy señaladas
más allá observas un desierto amarillo
en las fronteras sonríes luchando aún:
un muro al parecer infinito alto y blanco
untas tu mano con tu corazón palpitando
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