domingo, noviembre 14, 2010

MUJER RECORDANDO UNA TARDE PLACENTERA DE OTOÑO

Naufragaste en el Arethusa
y te llevaste mi amor
al fondo del mar.

Ni las cuerdas ni los gritos
ni Dios pudo salvarte.

Te ahogaste como un perro
en el Arethusa.

Y ahora un recuerdo amargo
recorre mis tardes
placenteras de otoño.

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