martes, septiembre 21, 2010

ILAYALÍ

El hambre me impregna
los sesos
ya la ciudad es una alegoría
sus estatuas y construcciones neoclásicas
una ilusión
el hambre golpea las tripas
y revienta los vasos sanguíneos
se transforma en oleajes desbocados
que golpean rocas de voluntad
recorro viejas calles
sin embargo sólo me encuentro
con mendigos y usureros
los unos a los otros se tienen
como moneda
el hambre asola la conciencia
ese hambre social
un poco quizá de metafísica
de trascendencia
el hambre devastador
que anula el sueño
destroza las esperanzas
quita toda posibildad
de otra vuelta de tuerca
tengo hambre
de un poco de tiempo
viejas amistades
ideales perdidos
ese hambre
que buscaba
sentido
el hambre de largas conversaciones
y el sentimiento
que podríamos cambiar las cosas
ese hambre de Dios escuchándote por todas partes
el hambre de los ídolos y la aurora
el hambre de un día perfecto
sin tener que ir al mall
o al hipermercado de turno

No hay comentarios.:

 Cité clandestino * Dos almas en pena aparecieron cierta noche Ella más esbelta que él él un náufrago De una tierra miserable Se metieron a ...